Una madre sin barreras
La madre colombiana, Lucero Muriel, ha encontrado una forma de armar el rompecabezas de su vida después que decidió migrar a los Estados Unidos. Ahora es una maestra
exitosa y continúa su preparación académica sin rendirse.
Por: Felipe Mendoza
elcorreo@qns.com La joven madre Lucero Muriel llegó
a los Estados Unidos proveniente
de Cali, Colombia con un solo fi n,
ofrecer una mejor vida a sus hijos.
Los primeros años en el país norteamericano
fueron como los de la mayoría
de los inmigrantes, reconocimiento
de la cultura, de los espacios y aprender
a perfeccionar el idioma.
Ella, al igual que un gran número
de inmigrantes contaba con un título
profesional que respaldaba sus conocimientos
académicos en Colombia y
que le permitían mantener un fl ujo de
vida cómodo. En el país sudamericano,
ella era profesional en contabilidad con
una especialización en administración
empresarial. No obstante, “en la tierra
de los sueños”, sus títulos solo eran
pergaminos de papel.
Sin embargo Lucero, o Lucy como le
llaman sus amigos más cercanos, decidió
tomar una decisión más radical. Había
dejado todo lo que conocía y en sus
planes no estaba darse por vencida para
mostrar sus capacidades profesionales.
Entonces decidió emprender un viaje
de conocimiento, ya que estudiar era
su única salida. Siendo madre y esposa,
planeó sus movimientos para no desatender
a su familia, ello sin renunciar
a sus aspiraciones personales que se
inclinaban fuertemente hacia el campo
profesional.
“Siempre me he sentido una mujer
fuerte, independiente y capaz de hacer
todo lo que me propongo”, expresó Lucero
Muriel durante la entrevista. “Quiero
que mis hijos vean en mí un ejemplo,
que vean que la vida no da tiempo para
rendirnos, nos da tiempo para tomar
un descanso -y de nosotros depende
si prolongamos el descanso o si nos
ponemos de pie para continuar hasta
que llegue el próximo receso”.
Con sus títulos colombianos enmarcados
y decorando las paredes de su
casa, Muriel empezó estudiando para
convertirse en asistente de maestro,
meta que alcanzó, por lo que ahora
trabaja en una escuela primaria de
Brentwood, en Long Island. Durante
dos noches por semana, es profesora
del programa para adultos de la High
School de esa comunidad.
Las horas restantes en las que no se
encuentra ejerciendo como profesional,
las dedica a tomar sus clases universitarias
para obtener su nuevo título como
profesora bilingüe con énfasis en clases
especiales y concentración en español.
Así como cuidar de sus hijos a quienes
busca darles el mejor de los ejemplos.
“Lo más difícil de este proceso es la
falta de tiempo, en ocasiones me siento
realmente cansada y me preocupa
(Foto de Felipe Mendoza)
estar desatendiendo a mis hijos, mi
hogar”, dijo. “Como madre debo cuidar
de ellos procurando estar siempre
que necesiten de mí. También sé que
mi esfuerzo vale la pena y seguro que
estarán orgullosos”.
A pesar de que los pronósticos sobre
el futuro profesional de Lucero no brillaban
como su nombre, ya que no hablaba
inglés, desconocía casi por completo
el funcionamiento del país al que había
llegado en 2009, y algunas personas no
dudaron en decirle que abandonara su
idea de sobresalir en este país, ella tomó
esta realidad negativa y la convirtió en el
combustible que necesitaba para lograr
sus objetivos de estabilidad económica,
profesional y emocional.
“Quiero ser pionera para mis estudiantes
del programa para adultos, para
que no abandonen sus sueños y que
puedan decir ‘¡Sí se puede!’”, alentó
Lucero.
20 • 9 DE MAYO 2019 ESPECIAL
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