LOCAL 
 10  •  9 DE ABRIL 2020 
 Mujeres indocumentadas venden  
 máscaras para crear trabajos y proteger a  
 inmigrantes durante crisis de COVID-19 
 Por: redacción A medida  que  la  crisis  de  
 COVID-19 continúa, las mujeres  
 indocumentadas no están dejando  
 que las difi cultades económicas  
 les  impidan  crear  sus  propios  empleos  
 mientras ayudan a proteger a  
 los más vulnerables, incluidos otros  
 trabajadores  inmigrantes. Desde  el  
 jueves,  las mujeres  inmigrantes  de  
 La  Colmena,  una  organización  de  
 derechos de inmigrantes con sede en  
 Staten Island, comenzaron a vender  
 máscaras faciales. 
 El gobernador de Nueva York, Andrew  
 Cuomo, instó al gobierno federal a nacionalizar  
 la compra de los suministros  
 médicos necesarios, y agregó que la escasez  
 de equipo de protección personal,  
 como máscaras y equipos que salvan vidas, 
  como respiradores, está provocando  
 la escasez de suministros y el aumento  
 de precios. 
 “A pesar de que están perdiendo sus  
 empleos, no están permitiendo que esta  
 crisis les impida mantener a sus familias.  
 Saben que no pueden depender del gobierno  
 federal para recibir ayuda y están  
 enfrentando esta crisis con resistencia”,  
 dijo Yesenia Mata, directora ejecutiva de  
 La Colmena, y quien apoya a las mujeres  
 en su esfuerzo. 
 La Sra. Mata agregó, “las mujeres inmigrantes  
 son la base de la familia y al  
 crear estas máscaras, están creando una  
 oportunidad para generar ingresos mientras  
 ayudan a proteger a quienes están  
 en la primera línea de esta crisis, incluidos  
 otros trabajadores indocumentados”. 
 Empleadas como trabajadoras domésticas  
 antes de la crisis, las mujeres inmigrantes  
 de Staten Island, como Maribel,  
 se encontraron sin trabajo y sin oportunidad  
 de recurrir al seguro de desempleo.  
 “Teníamos que limpiar varias casas en  
 una semana determinada. De repente, 
  muchos propietarios comenzaron  
 a cancelar nuestros trabajos debido al  
 distanciamiento social. Me preocupé  
 porque no sabemos cuánto tiempo durará”, 
  dijo Maribel. 
 Los trabajadores inmigrantes son mayoría  
 en los sectores que están siendo  
 más devastados por los despidos masivos: 
  sitios de construcción, restaurantes  
 y hoteles, según el Instituto de Política  
 de Migración. 
 En solo la primera semana de medidas  
 serias de distanciamiento social  
 en todo el país, se presentaron unos  
 3,3 millones de nuevas solicitudes de  
 desempleo por trabajadores estadounidenses, 
  una tasa que, aunque sin precedentes, 
  aún no representa el impacto  
 total de la crisis económica. A medida  
 que la dramática contracción económica  
 traerá más difi cultades a decenas  
 de millones de estadounidenses en las  
 próximas semanas y meses, las difi - 
 cultades se exacerbarán para muchos  
 trabajadores indocumentados, ya que  
 no son elegibles para el seguro de desempleo  
 ni para los pagos de apoyo en  
 efectivo del paquete de ayuda pandémica  
 de $2 mil millones. 
 Comenzando con algunas máquinas  
 de coser y textiles donados por otros,  
 estas valiosas mujeres inmigrantes comenzaron  
 a preparar las máscaras para  
 su venta. Asimismo, por cada set que  
 vendan, donarán máscaras a hospitales,  
 centros de ancianos y otros jornaleros. 
 Mientras Maribel insertaba la tela  
 amarilla pre cortada lista para hacer  
 la próxima máscara, y antes de ponerse  
 su propia máscara, expresó, “estamos  
 preocupados pero no derrotados”. 
 (Fotos cortesía de Yesenia Mata) 
 Mujeres indocumentadas de Staten Island no están dejando que las difi cultades  
 económicas les impidan crear sus propios empleos. 
 Valerosa inmigrante peruana limpia  
 habitaciones de pacientes con coronavirus 
 Por: Hunter Walker; Corresponsal  
 Dde la Casa  Blanca de Yahoo News urante los últimos cinco años,  
 Gina Rejas, una inmigrante de  
 Perú, ha trabajado en limpieza  
 (como “housekeeper”) en el Hospital  
 de White Plains del condado de Westchester, 
  Nueva York, uno de los lugares  
 más afectados por la pandemia  
 de coronavirus. La unidad de Rejas  
 es  una  “zona  roja”  dedicada  exclusivamente  
 a pacientes infectados con  
 COVID-19, la enfermedad causada por  
 el coronavirus. 
 El pasado sábado, Rejas, quien se  
 mudó a Nueva York en 2001, fue a  
 Facebook para compartir sus sentimientos  
 sobre trabajar en la primera  
 línea de la pandemia. “Esta es mi  
 oportunidad de agradecer a Nueva  
 York por hacer realidad los sueños de  
 mi familia”, escribió en español junto  
 a una foto que muestra el equipo de  
 protección completo que usa cada  
 vez que entra a su unidad. 
 Rejas es mi suegra, y después de que  
 compartí sus palabras en Twitter, la  
 publicación terminó ganando más de  
 160,000 “Me gusta”. La llamé para escuchar  
 más sobre su experiencia como  
 inmigrante peleando la batalla contra  
 el coronavirus. Rejas admitió que tiene  
 miedo de contraer la enfermedad  
 altamente contagiosa que ha matado a  
 miles, pero dijo que ve su trabajo como  
 parte de una “obligación moral” para  
 su hogar adoptivo. 
 “Me siento orgullosa de ser parte de  
 Nueva York. Soy una neoyorquina de  
 espíritu. Me siento así y quiero abrazar  
 a todos con mi alma y decirles que vamos  
 a superar esto”, dijo. 
 La unidad de Rejas en el hospital originalmente  
 tenía pacientes pediátricos  
 y ancianos. Sin embargo, dijo que la  
 mayor parte del hospital ahora está  
 enfocado en el COVID-19. 
 En los días en que está de servicio,  
 Rejas es la única trabajadora que limpia  
 las habitaciones de 25 pacientes con  
 coronavirus. Antes de cada turno, se  
 pone cubiertas de zapatos, una bata de  
 cuerpo entero, guantes, una máscara y  
 un protector facial completo. Los especialistas  
 en control de infecciones inspeccionan  
 a todo el personal antes de  
 ingresar a la unidad. Mientras alguien  
 murió en la unidad la semana pasada,  
 Rejas dijo que cada vez más pacientes  
 con los que trabaja se están recuperando  
 y están dejando el hospital. 
 “El trabajo es duro, pero en realidad  
 lo que lo hace más llevadero es que  
 las enfermeras me inspiran. El trabajo  
 que hacen es duro, pero nunca los ves  
 cansados, no los ves exhaustos. No sé  
 de dónde obtienen tanta energía”, dijo. 
  “Te hacen día tras día seguir su ritmo. 
  Esto es lo que nos convierte en un  
 equipo pequeño pero poderoso. Trabajamos  
 juntos”. 
 Esta historia fue publicada previamente  
 por https://news.yahoo.com/ . 
 (Foto Cortesía de Gina Rejas) 
 “Esta es mi oportunidad de agradecer a  
 Nueva York”, dice Gina Rejas quien trabaja  
 en una “zona roja” del coronavirus. 
 
				
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