2 • 9 DE SEPTIEMBRE 2021 9/11: 20 AÑOS DESPUÉS
Historias heroicas: Paramédico voluntario de Queens fue
el último en ver al policía de la PAPD antes morir
CPor Todd Maisel arlos Roberson estaba en su
trabajo de ingeniero de redes
en Th ompson Reuters, en la
calle Fulton, a una manzana del
World Trade Center, la mañana del
11 de septiembre de 2001, cuando la
tierra tembló.
“Un minuto después del impacto, mi
jefe salió y me dijo que tenía que ir a
ayudar”, dijo Roberson, instructor y
voluntario certifi cado de EMT. “Pensamos
que podría haber sido un avión
pequeño, pero al ver el agujero en el
edifi cio supimos que era más grande.”
Al principio, un agente de policía intentaba
dirigir al residente de Forest
Hills lejos de la calle Church. Roberson
le dijo que era paramédico y el agente
le gritó: “¡Ve, ve, ve!”.
Roberson, de 38 años en ese momento,
corrió hacia la calle Church, donde
comenzó a ayudar a la policía a dirigir
a las personas que huían del World
Trade Center. Los escombros caían al
suelo como balas desde la torre norte.
Los cristales de las ventanas saltaban
por los aires, recordó, y uno de estos
se estrelló contra la plaza mientras la
gente salía corriendo del edifi cio.
Poco después, personas saltaban por
las ventanas rotas del edifi cio en desesperación,
por el enorme incendio que
provocó el avión al estrellarse contra
la torre.
Inicialmente no hubo heridos en la
calle, por lo que Roberson dijo que se
limitó a tratar de dirigir a la gente lejos
de los edifi cios.
“Empecé a oír gritos y acudí en dirección
a estos. Un montón de gente
salía corriendo y yo solamente observaba,
era la primera vez en mi vida que
no sabía qué hacer”, dijo Roberson, un
instructor de EMT que aprendió habilidades
para salvar vidas después de
contraer meningitis cuando era adolescente
y quién se sintió inspirado en
el equipo de la ambulancia que, según
dijo, le salvó la vida.
Pero mientras trataba de ayudar a
otros, comenzó a escuchar el sonido
de las personas saltando del edifi cio
cuando golpeaban contra el suelo. “Sonaba
como bombas golpeando la plaza”,
recordó Roberson.
“Mientras saltaban, tuve que alejarme:
se me partía el corazón y no sabía
qué hacer conmigo mismo”, añadió.
“Entonces veo a dos bomberos con una
silla de escalera - chicos jóvenes con
una mujer grande y la silla no se cerraba,
así que les ayudé con la silla y
luego a una ambulancia.”
Como muchos de los rescatistas de
ese día, trató de bloquear el horror. Entonces,
la torre sur fue golpeada, la mayoría
de los escombros salieron disparados
hacia la Calle Oeste.
Roberson continuó con las
indicaciones de evacuación hasta
que vio al ofi cial de policía de la PAPD,
Christoper Amoroso, ayudando a
una mujer, ahora identifi cada como
Suman Hindashi, una aprendiz del banco
Morgan Stanley, que sufría de asma.
Roberson dijo que Amoroso sufría quemaduras,
posiblemente por intentar
entrar en uno de los pisos que estaban
incendiados en la torre norte.
“Fue entonces cuando vi a Chris salir
del edifi cio, cerca de la librería Borders
y se esforzaba por ayudar a la mujer
que tenía problemas para respirar”, dijo
Roberson. “Le dije que la llevaría a un
médico y le dije que viniera conmigo.
Le dije ‘estás herido’ y pensé que debía
recibir asistencia médica. Pero él
dijo: “Voy a volver a entrar”. Esto solo
tomó unos segundos: tenía que llevarla
y ahora estaba en piloto automático
para llevarla a una ambulancia. Volvió
a entrar corriendo, es el hombre más
valiente que he conocido.”
Pero entonces ocurrió
lo impensable.
“Escuché un ruido fuerte y miré hacia
arriba y (la torre norte) parecía que la
parte superior se había desprendido de
un cubo de Rubik: se retorcía y empezaba
a descender como un ascensor en
línea recta, así que corrí hacia la valla
de la iglesia de la calle Fulton”, recuerda.
“Pensé que me estaba volviendo
loco, no me di cuenta de que las vigas
se estaban estrellando en la calle y todo
se volvió negro. Estaba de pie en la
acera y no podía creer que no pudiera
ver nada. Me puse de rodillas para cubrirme,
no podía ver”.
Roberson abrió los ojos, su boca se
llenó de polvo. Esperó a que el polvo
se asentara. “Estaba en modo de supervivencia
y entonces algo me golpeó en
el brazo; al principio no podía respirar,
y luego pensé que tal vez el brazo se
me había desprendido, casi me dejo
inconsciente con el brazo para ver si todavía
estaba allí”, dijo Roberson, quien
luego corrió al vestíbulo de su ofi cina
en la Calle Fulton, donde pudo lavarse
en un baño.
Roberson luego volvió a salir y se
encontró con muy pocas personas en
las calles, llenas de polvo y bordeadas
de camiones de bomberos aplastados.
“Empecé a pensar en todas las personas
que había visto ese día, ¿dónde
estaba Chris?”.
Abandonó el lugar a las 6 a.m. del día
siguiente, exhausto y sintiéndose más
seguro cuando vio llegar vehículos de
la Guardia Nacional con numerosos
equipos de rescate... “La artillería pesada
estaba aquí, no me quedaba nada.”
Más tarde se enteró de que el Policía
Amoroso había muerto.
Las historias sobre el 9/11 y las pérdidas de aquel fatídico día en el World Trade Center
son numerosas, entre ellas la de Carlos Roberson, un paramédico voluntario que trabajaba
como técnico de redes en las cercanías. Participó en las operaciones de rescate
y evacuación y fue el último en ver con vida al agente de la PAPD, Chris Amoroso antes
de que pereciera. Roberson mantiene una foto suya con Amoroso ayudando a una
mujer llamada Suman de la India. (Foto de Todd Maisel)