10 • 16 DE SEPTIEMBRE 2021
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Sobreviviente latino del 9/11 recuerda
atentado veinte años después
OPor: José Martínez mar Morales todavía puede describir
con detalle lo sucedido
la mañana del 11 de septiembre
de 2001: Él estaba trabajando en su
ofi cina en el piso 25 cuando la torre
tembló. Ladrillos caían del techo. Su
mente de inmediato lo relacionó con
un temblor, pero luego cayó en cuenta
que Nueva York regularmente no
tiene movimientos telúricos de esta
magnitud.
Pocos segundos después las alarmas
del piso se activaron: “this is an emergency,
please stand by”, “esto es una
emergencia, por favor espere”. La espera
no duró mucho. Omar corrió a la
puerta buscando escapar, pero de inmediato
recordó que era el Fire Marshal
de su ofi cina, algo así como un brigadista
escogido para ayudar a sus compañeros
en medio de una emergencia.
Por supuesto, esto lo era.
“Yo de inmediato me regresé a mi
puesto de trabajo y comencé a responder
llamadas telefónicas de familiares de
mis compañeros y les decía, sí, ya esta
persona salió, este otro también”, cuenta
Morales, de 50 años, quien durante el
ataque tenía 30. “Fue en ese momento
cuando me enteré de que un avión se
había estrellado con la torre, pero pensé
que había sido un accidente. Un avión
pequeño...pensé que todo estaría bien”.
Esos familiares que llamaban estaban
pegados a sus televisores y las
imágenes mostraban que nada estaba
bien. Imágenes que no logran recrear
el pánico que se vivía dentro de la ofi -
cina de Morales.
“No se podía correr porque había bastante
gente, pero cada vez que traían
un herido gritaban que se movieran a la
derecha para poder pasar por la izquierda
con el herido”, relata Morales, quien
asegura que fue uno de los últimos en
abandonar su ofi cina. Él aún recuerda
algunos de los rostros de quienes corrían
buscando salvarse. “A esos heridos
los traían los propios compañeros
de trabajo porque en ese momento no
había policías ni bomberos arriba”.
Lo que pasó después fue fugaz, dice
Morales. Logró salir de la torre. Corrió
a buscar a su padre, a quien había dejado
en el consulado de El Salvador
más temprano. Angustiada seguía su
familia en casa.
“Yo caminaba y llamaba desde varios
teléfonos públicos y le decía a mi
esposa que, si él llamaba, que le dijera
que se quedara en un sitio”, apunta
Morales. “Finalmente él llamó en la
tarde y dijo que estaba en Lafayette
y Canal St. y allá llegué a buscarlo y
nos dimos el abrazo más grande de
nuestras vidas”.
Sueño Americano
Con lágrimas en sus ojos, Morales revive
ese abrazo como si fuera ayer. Esas
memorias siguen tan latentes como los
recuerdos que atesora en su hogar de
Staten Island, donde vive con su esposa
y sus dos hijos.
“A los Fire Marshalls en las torres nos
daban un silbato, una lámpara, una
gorra, y esas cosas yo las mantengo
todavía en mi casa como un recuerdo
porque me las traje ese día”, destaca
Morales.
Y es que este salvadoreño sigue siendo
un ejemplo de vida para su familia.
Llegó a esa torre por azares de la vida,
luego de construir un camino laboral en
Nueva York, que comenzó repartiendo
domicilios de comidas a los empleados
de la misma compañía de acciones a
la que después pasó a trabajar como
mensajero y a la que fi nalmente logró
pertenecer como asesor de corredores
de bolsa.
Ahí permanece 20 años después.
“Nunca fui a la universidad, pero
creía en mí, así que hice todo mi mayor
esfuerzo para lograr avanzar en
este país”, destaca este sobreviviente,
quien aún hoy en día se rehúsa a
ver documentales relacionados con
el 9/11. Incluso, esta entrevista para
él fue una excepción, asegura, ya que
sigue siendo el capítulo más doloroso
de su vida, pero a la vez, lo que le
permitió volver a nacer.
LOCAL
Omar Morales sobrevivió a los ataques a las Torres Gemelas luego de hacer realidad su sueño americano y convertirse en asesor de
corredores de bolsa.
Como Fire Marshall en las torres, Morales
recibió un silbato, una lámpara y una
gorra, cosas que aún mantiene en su casa
como un amargo recuerdo de ese día.