10 • 20 DE JUNIO 2019
Cazadores de ratas en Nueva York
hacen frente a miles de roedores
Por: redacción
Relcorreo@qns.com ichard Reynolds se dedica a
cazar ratas con sus perros en
Nueva York, esos incómodos
vecinos con los que los neoyorquinos
se han resignado a convivir y cuya
población parece no dejar de crecer,
según las estadísticas municipales.
Reynolds fundó hace treinta años el
grupo Ryders Alley Trencher Fed Society,
una suerte de ‘comando antirratas’
conocido por sus siglas RATS (ratas,
en español), que cuando el tiempo y
la salud lo permiten sale a cazar una
noche a la semana.
Este cazador de roedores cuenta que
antes de elegir un lugar se aseguran
de que es apto para la cacería. Si lo
es, lanzan una convocatoria entre los
miembros de RATS y los ocho primeros
en responder son los elegidos para
la batida.
“Un perro por cada miembro” es el
lema del ‘comando urbano’, con el objetivo
de ser más efi ciente, no espantar
a las ratas y que la cacería no se convierta
en un “circo”.
Dueño de dos perros bedlington terrier
y dos jagdterrier, Reynolds explica
que estas razas son las mejores preparadas
para la caza de estos roedores, pero
precisa que se necesita entre seis meses
y un año para que los canes estén
plenamente preparados, y entre dos y
tres años para que se puedan convertir
en cazadores experimentados.
En Nueva York son tan comunes estos
animales, que el Ayuntamiento les
declaró la guerra hace dos años e incluso
creó la Academia de las Ratas, un
centro dirigido a formar y concienciar
sobre este problema.
Según datos del Ayuntamiento, desde
2010 hasta esta semana, los servicios
municipales han recibido casi 131.000
llamadas denunciando avistamientos
de estos roedores, que no solo se les
puede ver por zonas abandonadas o en
torno a bolsas de basura, sino que muchas
veces campan a sus anchas por el
metro y las calles de la Gran Manzana.
Además, las redes sociales se desatan
con frecuencia con vídeos anónimos
en los que se ve a los roedores
en las más inverosímiles situaciones,
pero sobre todo en el transporte público
subterráneo, entrando al metro,
caminando indiferentes por los raíles
o subiendo y bajando por las barras de
metal de un vagón.
Las quejas de ciudadanos disgustados
por la presencia de estos incómodos
vecinos se han disparado
desde 2015, año en el que el número
de emergencia 311, exclusivo para el
avistamiento de ratas, registró 17.525
llamadas, según recoge la página web
“Openthebooks.com”.
En 2016, ese número saltó hasta
los 23.930 avistamientos, es decir, un
36,5 % más, y un año después, las llamadas
de denuncia contra las pequeñas,
aunque a veces no tanto, alimañas
se volvieron a disparar otro 28 %,
hasta las 30.719. Ahora lleva dos años
estabilizado.
El alcalde de la ciudad, Bill de Blasio,
lanzó hace dos años un “nuevo y
agresivo plan de exterminación” como
parte de una iniciativa para intentar reducir
la población de estos mamíferos
pardos en un 70 %.
Se identificó incluso los barrios
más infestados de ratas situados en El
Bronx (Grand Concourse), Manhattan,
(Chinatown, East Village y Lower East
Side) y Brooklyn (Bushwick y Bedford).
Entre las iniciativas lanzadas por la
Alcaldía está la “Rat Academy”, que no
es ningún tipo de institución dedicado
a desarrollar las habilidades de estos
vecinos, sino un centro destinado a
concienciar a las comunidades y a la
formación de los profesionales en la
gestión de este problema.
“Tan sólo un poco de basura puede
causar grandes problemas”, es el lema
de esta academia, que recomienda desde
tirar la basura en lugares destinados
para ello o no alimentar a las aves ni
otros animales silvestres para evitar
atraer a las ratas, hasta técnicas sobre
el control de plagas en edifi cios o como
identifi car su presencia.
Pero, dos años después de esa
iniciativa, las denuncias contra la
población de hocicudos lugareños
no sólo no se ha reducido, sino que,
según Openthebooks, está previsto
que en 2019 aumente hasta las
32.012, es decir, un 4,2 % respecto al
año anterior.
Según Reynolds, las estadísticas ofi -
ciales muestran que el barrio más afectado
es el acomodado Upper East Side,
en Manhattan, “pero lo más gracioso
es que la razón se debe a que la gente
de este barrio llama inmediatamente
cuando ve a una rata”, mientras que los
vecinos de otros lugares más pobres, y
donde posiblemente haya más, “simplemente
pasan de largo y siguen con
sus asuntos”.
LOCAL
EFE/Bill L. Reyna
Fotografía cedida por el grupo Ryders Alley Trencher Fed Society (RATS) donde aparecen algunos miembros del grupo mientras
posan frente a unas ratas muertas en Nueva York (EE.UU.).
(enfrente de St. Bridge R.C. Church)
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