
7 DE NOVIEMBRE 2019 • 9
Joven hispano de Queens camino al
éxito gracias a becas y trabajo duro
Historia publicada de
Queensborough Community
College
No cabe duda de que el que
persevera alcanza, y el estudiante
de Queens, Julio Salas, es
un vivo ejemplo del gran trabajo de
muchos jóvenes h ispanos.
Julio, del barrio de Corona, quiere
ayudar a los niños que hacen de su
ciudad natal uno de los barrios más
dinámicos de Nueva York.
Julio Salas, nacido en el Hospital
Elmhurst, se abrió paso en Queens y
el resto de la ciudad ganando el Campeonato
Juvenil de Balonmano, asistió
a las escuelas pública No. 28 y 14,
a la escuela intermedia No. 61 y a la
escuela secundaria John Bowne, tomó
los buses Q 88 y Q30 a Queensborough
Community College en Bayside
- “Siempre llegué temprano” - y solía
relajarse en el parque de Astoria, al
borde del East River.
¿Regresar a casa en Corona? Eso sería
perfecto “, exclamó el graduado de
Queensborough y estudiante de medicina
en ascenso, durante un reciente
receso de la Universidad de Cornell,
en Ithaca.
Salir de Corona e ir a Cornell, 236
millas al norte del estado, no fue fácil.
Ya sea en coche, autobús o tren: no es
un camino directo. Tampoco lo ha sido
el trayecto de Julio para asistir a una
de las mejores universidades del país.
“Había aplicado por toda la ciudad
de Nueva York sin mucha suerte”, dijo
en una visita a Queensborough.
El técnico califi cado en Medicamentos
de Emergencia decidió que un título
en Ciencias de la Salud en Queensborough
le ofrecía una buena oportunidad
para avanzar en su carrera.
“Al principio, no me di cuenta de
las oportunidades y el valor que una
universidad comunitaria podía ofrecerme”,
admitió Julio.
Raíces latinas y deseos
de aprender
Con gafas estilo carey, una nítida
camisa blanca y un traje azul claro
entallado, Julio explicó con confi anza,
tomando un café helado del Starbucks
de la Biblioteca, que Queensborough
lo ayudó a canalizar sus nuevas obsesiones
por aprender, por volverse autosufi
ciente, por mejorar su mentalidad
y por expandir su visión del mundo.
“Mi madre es colombiana. Mi padre
es mexicano. Soy el mayor de cuatro
hijos. Era pobre, pero sabía que tenía
que ir a la universidad”, dijo. “Estaba
muy nervioso cuando vine a Queensborough.
Era un niño callado”.
Y luego, “todo cambió”.
Los maestros de primaria lo describen
como un niño inteligente, maduro
para su edad pero tímido, Julio se colocó
al frente y al centro en Queensborough
todos los días, según Brigitte Tilley,
su profesora de inglés 101.
“Julio prestó atención y estaba comprometido.
Fue activo y un líder solidario
con sus compañeros de clase”.
Julio sonríe y se mueve en su silla.
“Gracias a la profesora Tilley, me gustó
el inglés por primera vez”, aseguró.
Como estudiante de primer año de
Queensborough, Julio exploró internet
sin parar y vio, en sus propias palabras,
muchos videos de autoayuda y motivacionales.
Buscó todo en Google y, para
su ventaja un día, tropezó con America
Needs You (ANY), una organización
sin fi nes de lucro que brinda desarrollo
profesional y tutoría a estudiantes de
bajos ingresos que son los primeros
en sus familias en ir a la universidad.
“Solo 100 hombres y mujeres fueron
elegidos para la beca de dos años, y mi
experiencia fue fenomenal”.
El programa, un complemento de
la extensa red de programas de apoyo
estudiantil de Queensborough, se
centra en las habilidades profesionales,
la exploración de carreras, la fi nalización
de la universidad y el crecimiento
personal a través de intensos talleres y
tutorías de profesores que ayudan a los
jóvenes a establecer objetivos y mantenerse
en el camino, académicamente
y profesionalmente.
“Nos impulsaron. Dijeron: ‘puedes hacer
esto; otros lo han hecho’. Fue agradable
estar allí. Todos eran como yo.
Empecé a preguntarme: ‘¿Cómo puedo
hacerlo mejor, estudiar mejor, mejorar
y ser mejor?’”.
Julio se había inscrito en el programa
de Estudio Acelerado en Programas
Asociados (ASAP) de Queensborough.
Realizó una pasantía en el Centro de
Holocausto Kupferberg (KHC) de la
universidad y viajó a Austria, bajo el
auspicio de CUNY, para el programa
ciudadano mundial.
“ASAP me ayudó mucho y me brindó
apoyo y orientación fi nanciera, académica
y profesional. En KHC aprendí
sobre el signifi cado de la intolerancia
y el impacto de los crímenes de odio en
nuestra comunidad. En Austria, comprendí
que puedes hacer cosas aparentemente
pequeñas y positivas pero que
serán un gran impacto en el mundo”,
comentó.
Julio se enfocó en la escuela de medicina
cuando estudió biología y química
en Queensborough y participó en RIMS,
la Iniciativa de investigación de la universidad
para maximizar las habilidades
científi cas.
La Dra. Patricia Schneider invitó a Julio
a participar en un proyecto de investigación
sobre la enfermedad de Alzheimer,
realizado por su colega el Dr. Francisco
Villegas, en el York College de CUNY.
Queensborough and America Needs
You animó a Julio a dar el siguiente paso.
Después pasarse el plazo de la solicitud
para la Universidad de Columbia, Julio
hizo una presentación a Cornell a último
minuto.
“Un sábado, camino a un partido de
balonmano, me detuve en casa y mamá
dijo que había llegado un sobre de Cornell.
Lo abrí, solo, en la sala de estar. Lo
leí una y otra vez. Me sorprendió que me
hubieran admitido y, realmente, no caí en
cuenta. En el partido de balonmano me
preguntaba como funcionarían las cosas”.
Resulta que funcionó bien.
Proyectos futuros
Inscrito en la Licenciatura en Ciencias
en Desarrollo Humano de Cornell, Julio
y un equipo de investigadores universitarios
están trabajando con estudiantes
de la Academia de Ciencias de Syracuse
para analizar las elecciones que hacen
los estudiantes para promover la función
cerebral, el rendimiento académico y el
desarrollo socioemocional. Además, está
investigando las diferencias en el envejecimiento
cognitivo entre los jóvenes y los
ancianos, como parte de otro proyecto
en el Laboratorio de Afecto y Cognición
de la universidad.
“Tomé Psicología 101 en Queensborough
y eso me abrió los ojos y me interesó
más en el desarrollo infantil”.
Este niño de Corona, que durante tres
años cuidó y bañó cachorros en una tienda
de mascotas en Flushing y hubiera seguido
en el balonmano profesional si eso
existiera, ahora está decidido a ayudar a
los niños en Corona, como pediatra trabajando
para comunidades marginadas.
Aplicará a la escuela de medicina al
fi nalizar su licenciatura.
“De niño, nunca vi ni fui a un médico
latino. Quiero estar para los niños de
mi vecindario y ser más que un médico
que atiende sus necesidades médicas”.
Con solo 21 años, Julio planea obtener
un Doctorado en Medicina (MD), una
Maestría en Salud Pública, convertirse
en profesor y escribir su biografía. Su
sueño es ser nombrado Comisionado de
Salud de la Ciudad de Nueva York y su
visión a futuro es establecer un centro de
salud comunitario holístico sin fi nes de
lucro que satisfaga las necesidades de las
comunidades desatendidas de Queens.
Él y sus amigos de Cornell ya están
elaborando planes. Están haciendo espacio
para una cancha de balonmano.
-Traducción de Raquel Romero
LOCAL