8 • MARZO 21, 2019 LOCAL
La estación de Woodside se desmorona
en medio de una negligencia sin fi n
Por: Mark Hallum
Emhallum@schnepsmedia.com l estado de decadencia de la
estación de la calle 61 e n Woodside,
en donde el tren 7 y el Ferrocarril
de Long Island entrecruzan,
no pasa desapercibida para la gente
que depende del tráfi co peatonal en
el área: los vendedores ambulantes.
Recientemente, un vendedor en la
esquina noreste de la Avenida Roosevelt
y la calle 61 mostró su desapruebo
hacia las partes en mal estado de
la estación. Afi rmó que no es raro ver
objetos caer a la calle.
Una mujer que trabaja en un carrito
de comida mexicana debajo de las vías
del tren, le dijo a nuestra publicación
hermana QNS que le preocupa estar
rociándose de la pintura con plomo en
su lugar de trabajo durante todo el día.
Existen docenas de carros de halal y
tacos a lo largo de la vía del tren así como
mercados al aire libre, restaurantes
y residencias.
Trabajos de reparación tras
accidentes con escombros
Temprano en la mañana del lunes 11
de marzo, los equipos de tránsito de la
ciudad de Nueva York y del LIRR, trabajaban
para garantizar que las vías estuvieran
seguras después de dos incidentes
recientes, en los que los escombros
caídos causaron daños importantes a
los vehículos que pasaban por debajo.
A fi nes de febrero una viga de madera
perforó el parabrisas de un vehículo
en el lado este de la estación; y
en otro incidente el 6 de marzo, una
pieza de metal cayó sobre el techo de
otro vehículo.
“Una roca de allá arriba, cayo le pego
al carro, un rojito que estaba ahí, estrello
todo el vidrio del parabrisas”, dijo
Aníbal Bravo, un trabajador de una ferretería
localizada en la Avenida Roosevelt
y la Calle 61. “Se salieron los señores
que estaban adentro, una señora y
un señor llamaron a la policía e hicieron
el reporte. Empezaron a llegar ‘¿cómo
se llaman?’ los de MTA, se subieron a
ver, bajaron, y entraron nuevamente a
la tienda con el señor y llego la policía”.
Cumpliendo su palabra, la MTA condujo
la inspección y un equipo preocupado
por las vías elevadas le dijo a QNS
que estaban inspeccionando toda la
vía. Un equipo del Ferrocarril de Long
Island dijo que estaban atendiendo los
problemas cronológicamente, mientras
cortaban una sección del paso elevado
en la Calle 61, que data de 1913.
”En su mayoría es por vejez,” dijo uno
de los trabajadores cuando le preguntaron
cuál era el problema específi co
con la estructura de concreto.
El decline de la estación de la calle 61 en Woodside se ha sentido con más intensidad con la caída de escombros sobre vehículos por
Roosevelt Avenue.
Dentro de la estación no se ve mucho
mejor con las palomas reinando libremente
a través del entrepiso, donde
las personas hacen el traslado hasta
el LIRR o el bus.
En la zona de espera cerca de la ofi cina
de ventas de boletos de la LIRR hay
unas pocas bancas, aunque la gente
rara vez se sienta en ellas; allí también
se acumula mineral del agua que gotea
a través del techo, que también luce
retazos de pintura que se asemejan al
lodo seco en un desierto.
Esto se puede ver en casi todas la
estructura de acero en la estación, y
donde no se ve óxido, se puede ver la
pintura cambiando de verde a naranja,
antes de desprenderse completamente.
Un informe publicado por la Unión Internacional
de Pintores y Ofi cios Afi nes
del Distrito 9 a principios de 2017, mostró
que la pintura en las vías del No. 7
contenía 224,000 partes por millón de
pintura con plomo, más de 40 veces el
umbral legal de 5,000 partes por millón;
esas astillas de pintura contaminan la
calle de abajo.
Un portavoz de la MTA dijo que las
vías se caminan dos veces a la semana,
y que las inspecciones siguen los
dos incidentes más recientes cerca de
la estación, con más del 75 por ciento
fi nalizado.
El Concejal Jimmy Van Bramer tomó
las redes sociales inmediatamente
después de que los vehículos fueron
golpeados por la caída de escombros
en febrero y marzo, no obstante, el concejal
ha estado pidiendo a la MTA que
actúe en la estación desde enero de
2017, cuando la escalera mecánica así
como la del ascensor quedaron fuera
de servicio, dejando a los usuarios con
discapacidades físicas sin opciones para
acceder a la estación.
“Por algún milagro, nadie ha sido herido
físicamente durante estos incidentes”,
escribió Van Bramer. “No podemos
esperar hasta que alguien muera
a causa de nuestro metro deteriorado,
antes de tomar medidas para garantizar
que la línea del tren 7 sea segura. Exijo
que se realice una inspección completa
de la estructura del tren 7 de manera
expedita y que se coloquen inmediatamente
andamios de emergencia, redes
u otros equipos de protección. Se
deben tomar medidas antes de que
ocurra una tragedia”.
Plan de Inversión
El Plan de Inversión 2015-2019 indica
que están comprometidos $34.8 millones
para diferentes proyectos en la
estación durante esos años, en las que
incluye una “actualización a la central
electrónica”, que también necesita una
buena reparación.
Si le preguntan al Gobernador Cuomo
o a cualquiera de los principales
(Foto Mark Hallum/QNS)
miembros de la MTA, dirán que el resultado
fi nal del deterioro de todo el
sistema del metro se reduce al dinero
y al procedimiento.
Con el plan Avance Rápido de Byford,
para modernizar todo el sistema a un
costo máximo de $40 mil millones, el
estado se ha vuelto a desesperar por
obtener dinero intentando incluir las
Tarifas de Congestión en el presupuesto
ejecutivo de 2020, hasta abril.
Sin embargo, el peaje a los vehículos
que ingresan a Manhattan por debajo de
la calle 60 ha resultado impopular para
algunos funcionarios electos en Queens
que creen que cualquier peaje entre los
dos condados hace que Manhattan sea
el destino de la élite de la ciudad. Finalmente
el alcalde Bill de Blasio cedió a la
idea de las Tarifas de Congestión, que
podría recaudar hasta $15 mil millones
para el próximo plan de inversión de la
MTA, y dejar de lado su propuesta de
impuestos a millonarios.
Cuomo recientemente ordenó a la
MTA que se reestructure para reducir
los costos y terminar con la burocracia,
y de esa manera aliviar los constantes
retrasos que experimentan los pasajeros;
así como restaurar el metro para
que sea un transporte moderno, digno
de una de las redes de transporte público
más grandes del mundo.
-Traducción de Raquel Romero
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